Los 4 rufianes del conservatismo

Uno no se explica el grado de desfachatez y cinismo al que pueden llegar los políticos para seguir aferrándose al poder.

OPINIÓN – Octavio Gómez

El último grito de esta vergonzosa escena lo dieron los congresistas conservadores Juan Diego Gómez, Carlos Andrés Trujillo, Germán Blanco y Nicolás Albeiro Echeverri, quienes han querido arrebatarle, con sorna y canallada, el aval al candidato por el partido Conservador a la Gobernación de Antioquia, Juan Camilo Restrepo.

Estos tradicionales gamonales, por años atornillados al poder político y a la mermelada de los distintos partidos, han dado la voltereta hacia el partido liberal y anunciaron su respaldo con su maquinaria electoral, a Aníbal Gaviria.

Y cómo los políticos no tienen escrúpulos, ni ética, ni moral ni nada que se le parezca a la dignidad ni al decoro, los liberales reciben los apoyos de cualquier pelambre y de cualquier torcido, con tal de sumar votos que puedan darle la triunfo en las elecciones.

Pero esta vez, los cuatro gamonales se estrellaron y pelaron el cobre de forma miserable y se equivocaron si pensaban que el joven Juan Camilo se iba a intimidar e iba a echar al traste su trabajo de varias semanas, sudando la camiseta como no lo ha hecho ningún político y recorriendo calles, pueblos y veredas, mostrando una imagen fresca y diferente a la de esos dinosaurios de la política de puñalada matrera.

Deben estar preocupados estos cuatro rufianes azules, ahora vestidos de rojo, porque no pudieron doblegar al joven Juan Camilo, ni mucho meno s convencerlo de sumarse a la jauría que aúlla por el poder, así sea mirando el plato ajeno.

Dignidad, ante todo, es la consiga del candidato conservador y cuando no está en la mente vender o negociar por un plato de lentejas los principios, la política se dignifica y la democracia se fortalece.

Claro ha sido el ejemplo de Juan Camilo Restrepo y no ha dudado un segundo en enfrentarse a esa demoledora maquinaria de su oponente Aníbal Gaviria, pero recordemos que ya David derrotó una vez a Goliat y son muchos los votantes que aún tienen dignidad y están cansados de tanta corrupción y componendas para lograr resultados electorales a costa de los más elementales principios y la ética, que debe caracterizar a los verdaderos líderes.

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